LA FEDERACIÓN DE PEÑAS CORDOBESAS, CULMINACIÓN INSTITUCIONAL DEL MOVIMIENTO CIUDADANO PEÑÍSTICO.
Julián Hurtado de Molina Delgado.
Dentro
del tejido social de Córdoba, las peñas aparecen nitidamente como
organizaciones de participación ciudadana, tal como venimos analizando, en el
marco de las fiestas populares y tradicionales, que son uno delos elementos mas
reveladores de la identidad cordobesa. Sus tareas y actividades ya hemos visto
que son diversas y como organizaciones vivas dan respuesta a las demandas de
sus socios y por tanto del conjunto de la sociedad cordobesa. Una de esas
demandas del colectivo peñista lo constituía en la segunda mitad del siglo XX
la profundización en la coordinación e institucionalización de las peñas
mediante un órgano que las aglutinase.
La
contemplación del desenvolvimiento de estos grupos sociales y la ayuda a la
canalización de los procedimientos para obtener sus comunes aspiraciones,
dieron lugar al intento de fundar una Federación que coordinase estos
movimientos sociales, teniendo presente que las peñas demuestran inequívocamente
que su actuación siempre estuvo y estará presidida por el conocimiento de las
realidades de la ciudad y el fortalecimiento de su sociedad civil, imbuidas de
un esencial espíritu democrático participativo y proyectadas hacia la
convivencia y la amistad en el ámbito comunitario y festivo como marco ideal en
el que se proyectan los diferentes valores y pautas sociales.
Como
hemos tenido ocasión de adelantar, el impulso de instituir una federación nació
del propio movimiento peñista, y en concreto del entonces presidente de la peña
Los 15 Candiles Enrique Timoteo Franco, cuya peña tenía su sede en la calle
Agustín Moreno, en el Bar Los Candiles, con el propósito de coordinar las actividades que ya en aquel momento tenían las peñas en
común, tales como Romerías, Cruces de Mayo, Casetas de Feria y otros actos del
calendario festivo cordobés.
Tras las reuniones preparatorias y oportunas gestiones, se
reunieron los presidentes o delegados de cada peña el 7 de abril de 1954 en
el local social de la peña Los Romeros de la Paz situado en la calle Santa
María de Gracia.
Las peñas que concurrieron a esta reunión inicial acordaron
presentar un documentado informe a la Comisión de Ferias y Festejos del
Ayuntamiento de Córdoba, con las propuestas que estimaron mas convenientes para
el engrandecimiento y coordinación del colectivo peñista, especialmente en
cuanto a la participación de las peñas en los acontecimientos y fiestas mas
importantes de la ciudad. En tal sentido aquella reunión fue precursora de la
visión que posteriormente han venido manteniendo las peñas sobre su papel en la
vida de la ciudad y sentó las bases del proyecto peñistico que se iría
desarrollando paulatinamente a partir de entonces. Indudablemente aquella
reunión fue por tanto el primer peldaño de la escala que conduciría a la
constitución de la Federación.
Junto a
Enrique Timoteo, estuvieron en la presidencia de la reunión Ramón Gutiérrez por
Los Romeros de la Paz, José Martínez Castro por Los Abderramanes, José
Hernández Bellido por Los X y José Alcalá por Los 14 Pollitos, del barrio de
San Agustín. Al terminar la reunión se brindó por el progreso de las Peñas
Cordobesas y su futura Federación, firmando el acta los representantes de las
peñas de Los Compadres, Los Cabales, Los Romeros de la Paz, Los X, Los 14
Pollitos, Los Califas, Los 15 Candiles, Los Abderramanes, Los Marianos, Puerta
Nueva o Los Olivos entre otras.
Desde ese momento, las
peñas comenzaron a fomentar su intervención en las Cruces de Mayo, Romerías de
Santo Domingo y Linares, Cabalgata de Reyes Magos, Batalla de Flores, Casetas
de Feria y un largo etcétera así como a ir ganando algún espacio o mínima
autonomía que les permitiese adquirir protagonismo en la organización de estas
actividades, que no obstante continuaban sujetas a las supremas directrices de
los órganos municipales y mas en una etapa en la que la falta de libertades
ciudadanas sometían al asociacionismo a una ostensible tutela que impidiese
cualquier desviación del pensamiento único del régimen en el seno de cualquier
tipo de asociación ciudadana. De hecho, esta iniciativa no fue atendida
entonces por la corporación municipal, a pesar de constituir un necesario
anhelo peñista y de que las peñas no constituían ningún tipo de asociaciones
sospechosas de luchar por modificar o discrepar del marco político vigente,
puesto que su objetivo era exclusivamente cultural, lúdico o festivo, pero el
férreo control sociopolitico no distinguía esos matices, de los que
desconfiaba.
En efecto, no dejaron de
surgir obstáculos del poder político imperante que sometieron a las peñas a
grandes tensiones que a veces desanimaban a los peñistas cordobeses, pero que
sin embargo haciendo gala de su enorme fuerza y potencial en la vida de la
ciudad consiguieron finalmente que el movimiento peñista fuese creciendo con
fuerza.
El espaldarazo
institucional para la constitución de la Federación vendría años después, en
1964, gracias al impulso de un alcalde que vio esa potencialidad social de las
peñas cordobesas. El abogado Antonio Guzmán Reina, que ocupaba la alcaldía en
los años del desarrollismo, mas proclives a superar algunas ataduras, aunque
por supuesto dentro del marco legal de la dictadura, acogió con decisión esta
aspiración y proyecto de unir en una federación a las peñas cordobesas. De inmediato comenzaron las gestiones con el gobierno
civil de la provincia y organismos superiores competentes hasta conseguir que
legalmente quedase aprobada y constituida la Federación de Peñas Cordobesas el
16 de marzo de 1964.
La creación de la
Federación de Peñas Cordobesas articuló definitivamente el movimiento peñistico
de la ciudad, proporcionándole un fuerte impulso organizativo.
El acto oficial de
constitución de la Federación, tuvo lugar en la sala capitular del Ayuntamiento
de Córdoba el 16 de marzo de 1964, al reunirse los presidentes de las peñas
bajo la presidencia de los entonces concejales Pascual Navarro de Miguel y de
Antonio Palomino Herreros ambos concejales. En el curso de dicho acto se
procedió a la firma del acta fundacional y a la elección de una Junta
provisional hasta tanto fuese legalmente aprobada la nueva Federación y
aprobados sus primeros estatutos. Como presidente se designó a Pascual Navarro
de Miguel concejal del Ayuntamiento; vicepresidente primero a José Bellido
Romero del Círculo Taurino; vicepresidente segundo a Francisco Heredia Martínez
de la peña Los Romeros de la Paz; secretario a Juan Ruiz Fernández, de la peña
Los Emires; tesorero a José Varo Zafra de la peña Los 33 Mosquitos; las
funciones de contador recayeron en José Córdoba Zeedor de la peña los 14
Pollitos; mientras que fueron designados vocales, José Monje Ruiz de la peña
Los amigos del Cordobés, José Luis Rodríguez Martínez de la peña Vespa Club,
Francisco Medina Ibáñez de la peña Los Minguitos y por último como asesor al
periodista Juan Montiel Salinas.
Seguidamente, tuvo
lugar la primera reunión de la Junta provisional que se celebró igualmente en
la sala capitular del ayuntamiento el día 21 de marzo de 1964, en cuya reunión
se debatió detalladamente el articulado de los que serían primeros estatutos de
la Federación, que finalmente quedaron aprobados por unanimidad de los
componentes de la Junta provisional, no sin manifestar la gratitud de la nueva
Federación hacia el alcalde Guzmán Reina, a quien se acordó igualmente por
unanimidad concederle el primer Potro de Oro.
La Federación comienza
sus primeros compases e inicia sus flamantes actividades con una multitudinaria
verbena celebrada en el Campo de la Merced, en la que se realizó el
nombramiento de la primera Reina de las Peñas, recayendo en Encarnita Blesa
Salinas, sin olvidar otorgar reconocimientos a personalidades de relevancia
social en la época como el otorgamiento del Potro de Oro a la entonces princesa
Sofía, a quien se adivinaba como futura reina aunque en aquel momento todavía
no había sido designado siquiera su esposo el príncipe Juan Carlos como sucesor
en la jefatura del Estado cuando falleciese el general Franco. De igual modo la
Junta provisional de la Federación concede este mismo máximo galardón a la
duquesa de Alba, Cayetana Fitz James Stuart y al Centro Filarmónico.
Una vez promulgado el
correspondiente decreto de constitución legal de la Federación y de aprobación
de los nuevos estatutos por el ministerio de la Gobernación, la nueva entidad
jurídica convoca reunión de la Junta Permanente para que en Asamblea General
celebrada en el Museo Taurino presidida por el alcalde Antonio Guzmán Reina el
3 de noviembre de 1964, se reunían en el Museo Taurino los representantes de
las diversas peñas integrantes de la nueva Federación. En el orden del día de
dicha Asamblea quedaron ratificados los componentes de la Junta Permanente, que
quedó integrada por los siguientes peñistas: Presidente: Antonio Antonio Guzmán
Reina, alcalde de Córdoba; Concejal-delegado:Pascual Navarro de Miguel;
Vicepresidente 1º: José Bellido Romero, del Circulo Taurino; Vicepresidente 2º:
Ramón Gutiérrez Rodríguez, de la peña Los Romeros de la Paz; Secretario: Pablo
Navarro Prieto; Tesorero: José Varo Zafra, de la peña Los 33 Mosquitos;
Contador: José Córdoba Zeedor, de la peña Los 14 Pollitos; y como Vocales:
Ignacio Nocete Campaña; de la Peña Los Minguitos, José Luis Rodríguez Martínez
de la peña Vespa Club y José Monje Ruiz de la peña Los Amigos del Cordobés. Al
final de reunión el Presidente solicitó a los representantes de las peñas
federadas, la aprobación para conceder el Potro de Oro a título póstumo a Ramón
Medina, que había fallecido dos días antes.
Un nuevo hito pudo ser
conseguido, al cederle el ayuntamiento cordobés en 1968 un espacio que
albergase la sede de la Federación en la plaza de Judá Leví, en la que entonces
era Oficina Municipal de Turismo.
Definitivamente, la
Federación obtendría en 1977 una magnífica sede en el edificio número 8 de la
calle Conde y Luque, gracias a la cesión en usufructo por parte de la Obra
Social y Cultural del Monte de Piedad y Caja de ahorros de Córdoba, y en
consecuencia al apoyo del canónigo Miguel Castillejo Gorráiz, gran benefactor
de la Federación.
Esta consolidación de la
Federación traería un periodo de esplendor
peñístico que llega a reunir a 232 peñas a comienzos del siglo XXI.
La presidencia de la
Federación ostentada por la alcaldía fue paulatinamente siendo cada vez más
honorífica en base a los nombramientos de los concejales delegados, quienes a
su vez supervisaban la marcha de los vicepresidentes primeros, que eran en
realidad los que llevaban la labor ejecutiva de dirigir la Federación. Así
durante el mandato del vicepresidente 1º José Bellido Romero, se recupera en
1965 la famosa Batalla de Flores que en la década de años cuarenta y principios
de cincuenta fueron tan populares, de igual modo que se organizó una verbena
popular en los jardines del Campo de la Merced, o se organizó el I Día de
Córdoba en Málaga, que tuvo lugar el 1 de agosto de 1965, para vincular el movimiento peñista cordobés
con el malagueño y unir a los cordobeses residentes en Málaga, o en poblaciones
de la costa del Sol, puesto que ya comenzaba a proliferar el veraneo de
cordobeses en Fuengirola, Torrox, etc. y sobre todo para prestar apoyo a los
paisanos agrupados en la Casa de Córdoba en Málaga. En este evento, jugó un
papel importante el directivo José Varo Zafra, quien partió de madrugada de ese
día veraniego con una caravana formada por un buen número de autocares repletos
de peñistas y vespitas del “Vespa Club”. Al llegar celebraron como era
costumbre en la época una misa en la iglesia de San Juan y después fueron a la
caseta que habían instalado los cordobeses en el Real de la Feria malagueña,
donde organizaron una multitudinaria fiesta en la que actuaron los de la peña
El Limón, los cantaores Benito de Córdoba y Julián López, acompañados a la
guitarra por Pepe Molina y Salvador Almagro, el “bailaor” Pepin Navarro, el
rapsoda Luis Navas y el polifacético Pepe Conde. En el curso de este evento el
alcalde de Córdoba que seguía siendo Guzmán Reina entregó al alcalde de Málaga
Betés Ladrón de Guevara el Potro de Plata así como el de Bronce al presidente
de la Casa de Córdoba Domingo Beltrán López cuya colaboración fue fundamental
para el buen resultado del acto. Tan magnifica jornada concluyó con un almuerzo
a los miembros de la Federación e invitados.
El 2 de diciembre de
1966 se procede a la elección de nueva Junta Permanente, que era la
denominación que se le otorgaba a la junta directiva en los primeros estatutos,
resultando elegido como nuevo vicepresidente 1º José Varo Zafra, quien
permanecerá en el cargo hasta el año 1975, aportando a la Federación su buen
hacer para proporcionar a la misma, la permanencia y estabilidad que han
servido para su consolidación como Entidad fundamental en lo referente a la
cultura popular cordobesa. Esta nueva Junta
Permanente, quedó constituida de la siguiente forma: Presidente: Antonio Guzmán
Reina (Alcalde de Córdoba); Concejal-delegado: Santiago Granados Álvarez;
Vicepresidente 1º: José Varo Zafra (Peña Los 33 Mosquitos); Vicepresidente 2º:
Ramón Gutiérrez Rodríguez (peña Los Romeros de la Paz); Secretario: Rafael
Domínguez Ramírez (peña Córdoba
Soberana); Tesorero: Francisco Alarcón
Rivas (peña Puerta Nueva); Contador: Julio de Gabriel Rivas y Vocales:
Francisco Posadas Urbano (peña Los Minguitos), Rafael Roldán Repiso; Manuel
Reyes Sánchez, Rafael Sugráñez (peña Los Tenorios) y Antonio García Grande.
Esta Junta dirigió la Federación hasta que el 8 de octubre de 1970 se procedió
a la “renovación”
de la misma, en la correspondiente asamblea, con la terminología propia de la
etapa histórica en la que se evitaba aludir a vocablos como “elección” que
tenían significación mas democrática y por tanto denostada.
Con la designación, que
no elección, de nuevo alcalde de la ciudad, otorgada a Antonio Alarcón Constant
en 1971, se produce el “relevo” en la presidencia de la Federación, quien a su
vez designa a Miguel Rioboó Enriquez como nuevo Concejal-Delegado hasta febrero
de 1974 en que el mismo alcalde y presidente de la Federación nombra para el
mismo cargo al concejal Gregorio Herrero Sánchez de Puerta. Durante este
periodo, cabe destacar la ´participación de la Federación de Peñas en las
Jornadas de Córdoba en Barcelona del 18 al 21 de abril de 1972, en cuyas
celebraciones tuvieron las peñas un papel destacado al instalar un busto de
"Manolete" en el patio cordobés del Pueblo Español de dicha ciudad,
costeado por suscripción popular entre las propias peñas cordobesas y los
admiradores de torero. Finaliza el mandato de José Varo Zafra el 15 de
noviembre de 1975, al cumplir el máximo de mandatos que permitían los
Estatutos, por lo que nombrado vicepresidente 1º Rafael Domínguez Ramírez,
quien aportaba gran experiencia peñistica por las funciones y cargos peñistas
que había ostentado desde la fundación de la Federación en el año 1964,
llegando ejercer el mandato hasta nueva convocatoria que será efectuada en
1979.
Esta nueva Junta
Permanente, incorpora nuevos nombres que ya estaban trabajando por las peñas y
su Federación, de forma que junto al presidente el alcalde Antonio Alarcón
Constant y el concejal delegado Gregorio Herrero Sánchez de Puerta, vemos que
acompañan al Vicepresidente 1º Rafael Domínguez Ramírez, como directivos,
Francisco Alarcón Muñoz, Carlos Espejo Jiménez, Francisco Serrano Elías,
Herrero Cruz, Espejo Poyato, Antonio Soler Fuentes o Guerrero Millán entre
otros que desempeñan funciones específicas como coordinador, vocal de
Festivales, de Propaganda y Relaciones
Públicas, Cultura y Arte o una Vocalía Social, también de reciente creación.
Entre las actividades de la Federación en estos momentos cabe resaltar la
puesta en marcha del Grupo de Danza bajo la dirección de Rafael Serrano Elías,
siendo vocal de Cultura Soler Fuentes, grupo que según los escritores de la
época dio a conocer el nombre de Córdoba por toda España, cosechando numerosos
premios en festivales folclóricos.
Ya hemos expuesto
anteriormente que un hecho decisivo para la vida de la Federación fue la
inauguración de una sede propia en la calle Conde y Luque, realizada el 24 de
octubre de 1977, en que el entonces obispo de Córdoba, Cirarda Lachiondo
bendijo sus instalaciones en presencia del gobernador civil Francisco Javier
Ansuátegui Gárate y el alcalde Alarcón Constant, al mismo tiempo que con la
entrañable presencia de Antonio Guzmán Reina y como no podia ser de otra forma
del Vicepresidente Rafael Domínguez Ramírez y demás directivos y presidentes de
peñas.
La llegada de la
Democracia supuso un nuevo periodo de esplendor para la Federación de Peñas,
cuyo punto de arranque podemos situar en la fecha del 18 de marzo de 1979, en
que el alcalde Alarcón, consciente del nuevo orden político democrático y
constitucional, antes de concluir su mandato municipal impulsó la modificación
de los estatutos de la Federación para adaptarlos a la constitución española de
1978 y nueva legislación en materia de asociacionismo, para lo que promovió la
convocatoria de una Asamblea General en la indicada fecha, que aprobó dicha
modificación, a pesar de lo cual no llegó a presentarse oficialmente este
cambio ante el ministerio de Gobernación, pero consiguiéndose por fin, al menos
de hecho, pero no de derecho, la elección democrática de los presidentes de la
Federación.
Rafael Domínguez Ramírez
quedó elegido como Presidente de la Federación, el primero por tanto elegido
directa y democraticamente por las peñas. Por ello nos detendremos mas en
evocar la trayectoria de la Federación durante los mandatos de estos primeros y
democráticos presidentes del órgano peñista coordinador.
En tal sentido
proseguimos con la exposición de este primer periodo democrático, de la mano
del flamante presidente Domínguez, quien
en uso de sus atribuciones, presentó en la mencionada Asamblea la composición
de la Junta Permanente que quedó constituida de la forma siguiente:
Presidente:Rafael
Domínguez Ramírez; Vicepresidente: Antonio Soler Fuentes; Secretario: Rafael
Fernández Caballero; Vicesecretario Manuel Otero Campos; Tesorero: Eusebio
Casas Castillo; Contador: Rafael Guerrero Millán; Coordinador con Organismos
Oficiales: Carlos Espejo Jiménez; Coordinador para las Peñas: Manuel Pertíñez
Fernández; Festivales: Francisco Serrano Elías; Relaciones Públicas: Luis Luque
Molina; Cultura: Enrique Martínez Liñán; Promoción Social: Clodoaldo Cano
Arévalo; Prensa e Información, el propio presidente Domínguez; Asesor
Religioso: Miguel Castillejo Gorráiz; Asesor de Arte: Francisco Centella Pino y
Asesor Periodístico Juan Montiel Salinas.
La
labor de esta primera Junta de carácter democrático evidenció la necesidad de
este cambio que permitió adaptarse a los nuevos tiempos y a la nueva normativa
que se produjo en las asociaciones del país, gracias a la modificación de
diferentes artículos de su Estatutos. Ello le permitió acometer nuevos retos
hacia el futuro al no ser tutelada por la Administración. Medida que con el
tiempo dio autonomía e independencia de cualquier injerencia partidista de
carácter político. Esto no estuvo exento de dificultades y críticas, pues hubo
una propuesta de entrar la Federación a forma parte la Comisión de
Participación Ciudadana reglamentada por el Ayuntamiento, lo que en Asamblea
celebrada en enero de 1981 rechazaron la mayoría de los presidentes de las
Peñas, ya que estimaban que si se entraba a formar parte de este Organismo se
podía romper la vieja tradición peñistica de no hacer política y menos de
cualquier signo determinado. Esta actitud no obstaculizaba el que cada Peña
independientemente pudiese estar representada en el movimiento vecinal, en los consejos de
distrito, etc. si así lo consideraban oportuno cada una de ellas. Evidentemente
esa percepción acabó siendo superada, con el tiempo, pero en aquel momento tras
las primeras elecciones municipales democráticas, pasar de una corporación
municipal franquista a una del Partido Comunista,como la que ganó las
elecciones en Córdoba requería un periodo de asimilación y adaptación que sería
propio de un estudio en la disciplina de la Historia de las Mentalidades. La nueva Junta Directiva realizó en abril de
ese año la protocolaria visita institucional al gobernador civil, el mencionado
Ansuátegui, mientras que en el siguiente mes de mayo recibió al nuevo alcalde
democrático Julio Anguita, en la sede social de la Federación, en cuyo momento
se celebró una mesa redonda para intensificar la colaboración entre
Ayuntamiento y Federación.
En octubre de 1983, accede
a la presidencia de la Federación Francisco de Blas Muñoz, quien desde el
primer momento se preocupó de reorganizar el funcionamiento y normativa de la
Federación, promoviendo una modificación profunda de los estatutos, ya que los
pequeños cambios aprobados en 1979 para poder comenzar a elegir
democraticamente a los presidentes de la Federación, no habían sido presentados
en el Gobierno Civil, por lo que desde un punto de vista legal, continuaban en
vigor los antiguos de 1964.
En consecuencia de Blas,
aporta una importante labor de consolidación jurídica y de coordinación
intrinseca que favorece la participación interna de las peñas y convoca para el
17 de octubre de 1984 una Asamblea Extraordinaria a fin de debatir y aprobar
dicha readaptación estatutaria, que quedó aprobada por unanimidad en mencionada
Asamblea. En la misma, se aprobó igualmente el primer Reglamento de orden
interno, ya que la Federación carecía de él. Tanto la puesta al día de los
Estatutos como el Reglamento fueron redactados por Francisco Alcalá que los
propuso primero a la Junta Directiva y posteriormente a la Asamblea. Hay que
destacar también en el mandato del Presidente Francisco de Blas la reanudación
de la tradicional Cabalgata llamada Batalla de Flores que llevaba años
interrumpida desde que en 1965 el entonces vicepresidente José Bellido Romero
le diese gran impulso.
Con fecha 18 de diciembre de 1987, se convocó Asamblea General
para la elección de un nuevo presidente, en la cual concurrían dos
candidaturas, una protagonizada por el propio Francisco de Blas Muñoz, y otra
por Juan Pablo Serrano Álamo. Ambos candidatos habían difundido en los medios
de comunicación y entrevistas con los peñistas sus programas de actuaciones.
Resultó elegido Juan Pablo Serrano, obteniendo Serrano 32 votos y de Blas 30.
La toma posesión de la nueva Junta se realizó el 17 de enero de 1988, en cuyo
acto el nuevo presidente expuso su proyecto de recuperar para Córdoba las
viejas tradiciones peñísticas y las fiestas patronales del mes de Octubre, a
cuyo acto asistieron peñistas, informadores y autoridades, entre ellas el
Alcalde de Córdoba Herminio Trigo.
Uno de los logros de la nueva junta encabezada por Serrano,
fue la de institucionalizar la concesión de los Potros de Oro a las peñas que
hubieran estado federadas durante más de veinticinco años. De esa forma, en el
mismo año se concede dicho galardón a las peñas Los Tenorios, Emires y Club
Calerito.
La presencia de la Federación de Peñas en los espacios
públicos de la ciudad, quedó consagrada con motivo de la celebración de un acto
institucional por parte de la misma al cumplirse los 25 años de su fundación de
las Federación, acto que tuvo lugar el 1 de abril de 1998 en que se rotuló la
antes denominada calle Onésimo Redondo, en el Polígono de la Fuensanta, con el
nuevo nombre de calle “Federación de Peñas Cordobesas”. Estuvo presente en el
acto el alcalde Herminio Trigo Aguilar quien después presidió en el salón de
plenos del Ayuntamiento un solemne acto
institucional en conmemoración de la primera Asamblea Constituyente del año
1964. Concurrieron al acto numeroso peñistas, entre ellos los mas antiguos,
como el que fuera vicepresidente y presidente Domínguez Ramírez. Al día
siguiente 2 de abril, se celebró el aniversario con un gran perol, en la -cerca
de Lagartijo, al que acudieron 4.000 personas entre peñistas sus mujeres,
autoridades y medios de información. Dicho perol fue patrocinado precisamente
por el periódico Córdoba, con la colaboración de Ayuntamiento, Junta de
Andalucía y firmas comerciales. Todos compartieron el perol amenizado por el
baile por sevillanas y cantos del maestro Ramón Medina, renovando así las
tradiciones cordobesas que tanto arraigo tiene en el mundo peñista.
La linea de actuación de Serrano, bajo cuya presidencia se
consiguió elevar el nivel participativo y transversal en la actuación de la
Federación, proporcionando la necesaria fundamentación democrática y abriendo
el fenómeno peñistico al conjunto de la sociedad cordobesa, se materializó
entre otros aspectos en la intensificación de las actividades culturales, de
mayor calado, sin olvidar la celebración de corridas de toros, como la
celebrada el 12 de octubre de 1989 dentro de los actos del veinticinco
aniversario de la fundación de la Federación, con el matador Tomás Moreno y novilleros como Rafael
González “Chiquilin”, Carlos Gago o Paco Trujillo, Carretero de la Haba y Tony Palacios. Seguidamente, el día 24
festividad de San Rafael, patrono de las Peñas Cordobesas, se entregaron los Potros de Oro a la Junta de
Andalucía, Diputación, Ayuntamiento y CajaSur; recogiendo estos galardones, los
entonces representantes de tales instituciones, Manuel Gracia Navarro, Julián
díaz Ortega y Herminio Trigo Aguilar y Miguel Castillejo Gorráiz.
Poco
tiempo después, el 24 de octubre de 1991, se recuperó el pregón de las
tradicionales Fiestas Patronales que la Federación celebraba todos los años con
motivo de la festividad de su Patrono San Rafael, tradición perdida desde el
año 1976. El pregón estuvo a cargo del famosísimo locutor cordobés Matias Prats
Cañete, celebrado en el Gran Teatro, abriendo un elenco de prestigiosos
pregoneros que desde entonces han exaltado a las Peñas y a su Patrono cada año.
Con
enorme acierto y gran fundamentación, dada la tradicional y entrañable
fraternidad entre cordobeses y malagueños, con fecha 3 de marzo de 1991, la
Federación hizo solemne y pública manifestación de esa histórica y fraternal
vinculación, con el acto de Hermanamiento de la Federación con la también
Federación de Peñas Malagueñas. Acto que se efectuó en la peña El Sombrero, de
la ciudad hermana. Estuvieron presentes los alcaldes de Córdoba Herminio Trigo
y de Málaga Pedro Aparicio. Hubo palabras de elogios y alabanza por las
autoridades y federativos e intercambio de obsequios, concluyendo con un
almuerzo de hermandad en el hotel Málaga Palacio.
Indudablemente
todos estos hitos en el largo devenir histórico de la Federación de Peñas Cordobesas
han estado protagonizados por sus presidentes y directivos, pero sobre todo lo
han sido por los miles de peñistas que han dado contenido, entusiasmo y
auténtico valor ciudadano al fenómeno peñistico No se trata por tanto en este
momento de glosar en exclusiva la labor personal de cada presidente, sino
analizar el alto valor que la Federación ha supuesto y supone en el proceso de
institucionalización del fenómeno peñístico y en el conjunto de las peñas, dado
que en el correspondiente apartado de esta publicación se realiza la
documentada semblanza de los presidentes que ha tenido la Federación de Peñas
Cordobesas durante su dilatada trayectoria. Por ello solo cabe aludir ahora a
los mas recientes y últimos 25 años del órgano coordinador peñista, periodo en
el que el historiador cede el paso al periodista, añadiendo tan solo a lo ya
expuesto que tras la reelección de Juan Pablo Serrano el 15 de noviembre de
1991, que incorporó a nuevas personas en el común afán de trabajar de forma
entusiasta por las peñas y su Federación, llegó a la presidencia en 1995
Francisco Castillero Rey, de la peña Club de Pesca Ciudad Jardín, que prosiguió
la labor de engrandecimiento de la Federación durante un largo periodo y del
que aún recuerdo su emoción cuando la imagen de San Rafael paró en la
engalanada puerta de la sede de la Federación, con motivo de la procesión
extraordinaria del Arcángel Custodio de la Ciudad en 2012, imagen que desde
hacía mas de 67 años no había salido procesionalmente por las calles
cordobesas. Su figura queda plasmada en la galeria de presidentes.
Finalmente es elegido en
2015 el actual presidente Alfonso Morales Padilla, a quien debo el honor de
haberme propuesto como Cronista oficial de la Federación de Peñas, el primero
que se otorga, cuyo nombramiento peñístico recibí públicamente con motivo de
las fiestas patronales en 2019 y para el que había sido nombrado en primer
lugar por la junta directiva de la misma y posteriormente por el voto unánime
de las peñas cordobesas reunidas en asamblea general celebrada en el salón de
plenos de Diputación de Córdoba. De la incansable labor de Morales Padilla, de
su buen hacer y del auge que imprime al movimiento peñista en general y al
desenvolvimiento de la Federación de Peñas Cordobesas en particular, no cabe
sino expresar merecido reconocimiento, que no obstante, como ya he manifestado
anteriormente, queda también plenamente trazado en la correspondiente galeria
de presidentes de esta conmemorativa publicación.
En suma, la Federación
de Peñas Cordobesas tiene una fecunda trayectoria histórica que ha aportado una
valiosa, insustituible y extraordinaria cohesión social a la generalidad
cultural popular y festiva de la vida de la ciudad, así como a su sociedad
civil como eje vertebrador y transversal de la misma, sin distinciones ni
exclusiones, y como elemento aglutinador y auténtica escuela de convivencia y
participación ciudadana cordobesa.
Felicidades a las Peñas
Cordobesas por este primer Centenario.
A DESTACAR:
1.- los antecedentes mas
remotos de la Federacion de Peñas Cordobesas se sitúan en la reunión de
representantes de las Peñas el día 7 de abril de 1954.
2.- La
creación de la Federación de Peñas Cordobesas el 16 de marzo de 1964, articuló
definitivamente el movimiento peñistico de la ciudad, proporcionándole un
fuerte impulso organizativo.
3.- La Federación inauguró en 1977 su actual sede de calle Conde
y Luque, 8, gracias a la cesión en usufructo por parte de la Obra Social y
Cultural del Monte de Piedad y Caja de ahorros de Córdoba, y del decisivo apoyo
de Miguel Castillejo Gorráiz, gran benefactor de la Federación.
4.- La llegada de la
Democracia supuso un nuevo periodo de esplendor para la Federación de Peñas,
cuyo punto de arranque podemos situar en la fecha del 18 de marzo de 1979.
5.- Esta consolidación
de la Federación traería un periodo de esplendor peñístico que llega a reunir a 232 peñas a
comienzos del siglo XXI.
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