250 ANIVERSARIO DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE CÓRDOBA.
250 ANIVERSARIO DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE CÓRDOBA.
Recordamos ahora la celebración del 250 aniversario de la
constitución del Colegio de Abogados de Córdoba, exponente de una trayectoria
histórica marcada por una constante evolución corporativa y consecuentemente
por el éxito en la tarea profesional desarrollada por los miembros de este
Colegio.
La Abogacía, entendida como protección y defensa que una
persona ejerce sobre otra que necesita el amparo de la justicia, tiene raíces
lejanas en la historia de la humanidad. Por eso el rey Felipe VI tiene
manifestado su reconocimiento a la profesión de abogado, de la que dice que
constituye «uno de los pilares básicos del Estado de Derecho en el que se
asienta el sistema democrático establecido por la Constitución», expresando al
mismo tiempo que «la voluntad de concordia y el criterio que rige la búsqueda
de las soluciones más adecuadas y eficaces merecen ser destacados como valores
permanentes en la función de todo buen abogado, una profesión profundamente
enraizada en la tradición jurídica que siempre ha caracterizado a esta tierra».
Concretamente la abogacía tuvo históricamente relevante
protagonismo social en Córdoba ya desde la Antigüedad, dado que nuestra ciudad
fue capital de la Hispania Ulterior romana, y por tanto en ella residían los
máximos órganos de la administración de justicia, por lo que consecuentemente
la nómina de abogados en la ciudad era nutrida; al igual que en la Córdoba
andalusí, en la que durante el Califato residía el cadí mayor de todo su
territorio peninsular y en la cual los cadíes musulmanes eran asistidos por
juristas que les presentaban escritos con sus informes jurídicos; del mismo
modo que tras la conquista cristiana se instituye en el Fuero de Córdoba la
obligación de valerse en determinados supuestos de ‘personeros’ y
posteriormente de ‘Voceros’, hasta que Alfonso X elevó a profesión pública la
abogacía regulándola en las Partidas, para ser ulteriormente regulada por las
Ordenanzas de 1495, que los Reyes Católicos promulgaron para los juristas
cordobeses y que constituyó una herramienta esencial para asegurar la calidad,
formación y práctica del ejercicio de los jurisperitos.
Sin embargo, será en el siglo XVIII cuando se inicie la
generalización de creación de nuevos colegios de abogados, que tiene su origen
en los cambios jurídicos habidos a raíz de la llegada de la nueva dinastía
borbónica, estableciéndose con precisión y definición las bases profesionales
de la colegiación del abogado en una etapa como la del siglo de las Luces, que
fue el siglo de las reivindicaciones sociales de la Abogacía.
Por consiguiente, y fruto de esta corriente ilustrada, se
dispone la formación y constitución del Colegio de Córdoba por Real despacho
expedido por el Real y Supremo Consejo de Castilla el día once de mayo de 1769,
en cumplimiento del cual se reúnen los primeros miembros de esta corporación
bajo la presidencia del alcalde mayor de la ciudad y corregidor interino, el
abogado Gaspar de Aranda y Villegas, aprobándose sus primeros estatutos, que
fueron ratificados oficialmente por este Consejo el veintiuno de noviembre del
mismo año 1769, fecha institucional que se ha celebrado esta semana, culminando
así la iniciativa de 24 abogados cordobeses promotores de esta nueva asociación
profesional, que habían acudido al escribano Nicolás Conde el 13 de abril del
mismo año 1769 para otorgar la escritura pública por la que iniciaban los
trámites para la creación del Colegio de Abogados, en la que exponían de forma
clara y precisa tanto los generales motivos para su creación en virtud de los
generales postulados ilustrados impulsados por la Corona para todo el país,
como las concretas y técnicas razones que aconsejaban a los abogados
ejercientes en Córdoba tomar la iniciativa de crear un colegio profesional
propio.
Al respecto, los más concretos motivos que alegaban los
letrados para constituir el nuevo Colegio, eran evitar el intrusismo, ofrecer
garantías en cuanto a la preparación y conocimientos legales de los abogados
que intervenían profesionalmente y poner orden en el caos que en la tramitación
de los asuntos. En esta escritura se encomienda a los abogados cordobeses
Manuel Serrano de Rivas y su colega Juan Ruiz-Lorenzo Aguilar la redacción de
los primeros estatutos, que en la indicada fecha de veintiuno de noviembre de
aquel año serían oficialmente aprobados, dando paso a la ininterrumpida y
prestigiosa trayectoria del Ilustre Colegio cordobés, en cuya nómina de
colegiados se han integrado a lo largo de sus doscientos cincuenta años los
miles de abogados de la ciudad de la Mezquita, conformándose históricas sagas
de juristas junto con destacados personajes tanto de Córdoba como del país en
general que han ejercido en determinados momentos la abogacía en Córdoba. Así,
alcaldes de la ciudad, presidentes de Diputación, concejales, diputados,
senadores, ministros, presidentes del Gobierno e incluso un jefe del Estado han
sido colegiados de esta corporación letrada, que en estos momentos celebra tan
gozosa efemérides.
Una magnífica exposición del patrimonio documental de tan
ilustre Colegio, coordinada por su secretario técnico, Ángel Moreno Chacón, estuvo
abierta en las fechas correspondientes en su sede colegial, como exponente de
su prestigiosa y amplia trayectoria.
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